Cuando anunciaron la muerte del presidente, en mi casa nos cagamos.
Que descanse en paz. Pero ojalá a esta generación no se le olvide las cosas que hizo |
No está mal llorar por un líder caído. De hecho, es más que respetable llorar por alguien a quien admirabas o amabas.
Pero sus sucesores, los que debían gobernar mientras tanto, los que tenían el poder de arreglar las cosas, en todo ese tiempo no hicieron absolutamente nada.
Hubo la misma cantidad de muertos que siempre cada fin de semana.
La delincuencia no disminuyó, y no hubo ningún tipo de plan para disminuirla. Salvo la cantidad de verdes en donde estaba la concentración chavista.
Y aún así hirieron a una periodista. Pero no importa, porque no es chavista.