11 de diciembre de 2011

A veces la vida es una completa mierda.

Pero hay que saber enfrentarla. Hay que lidiar con eso, de alguna manera lo hacemos.

La salida fácil es cobarde. Pensarlo incluso es rebajarse. Hablo de cualquier cosa fuera de la moral. (Casi cualquier cosa.)

A veces, no hay esperanza, no importa cuán religiosos o espirituales seamos, no hay fe que pueda ayudar. A veces las mejores palabras de aliento ayudan por unos momentos pero luego carecen de sentido.

A veces sentimos el infierno tan cerca que no queremos sino volvernos locos para olvidar el dolor.

Pero por difícil que sea, hay que admitir que no vivimos sólo por instinto. Hay algo que nos obliga a quedarnos, a sufrir porque de forma inconsciente nos planteamos que no nos debemos quedar así, sino hacer algo, por jodido que sea, no importa cuánto tiempo falte.


A veces nuestros hogares dejan de ser hogares para convertirse en cárceles. Conozco a más de uno que no tiene padres, sino proveedores de ingresos, amas de casa, ingresos en una cuenta bancaria o cheques.

Sé muy bien lo que se siente querer preguntar, tener consejos o recomendaciones de quien se supone sabe de cómo nos sentimos porque tuvieron nuestra edad hace mucho tiempo, pero no poder hacerlo porque simplemente no vamos a recibir lo que necesitamos. O porque simplemente no aceptan nuestra edad y nuestra época, quitándonos algo que realmente nos ayudaría mucho para sobrevivir más adelante, pero están ciegos y creen que tener 17 años es ser un niño aún, cuando tener 17 significa ser casi un adulto, un pre-universitario, alguien que puede ya trabajar el año siguiente, alguien que es suficientemente maduro para elegir un presidente, gobernador o alcalde. Alguien que puede hacer lo que quiera con su vida.

Sé lo que es tener pocos apoyos en la vida y que no todos puedan hacer mucho por ti. Sé lo difícil que es lidiar con algo más grande que uno mismo y no hay más remedio que cerrar la boca para ahogar la impotencia.

Pero tenemos que estar conscientes también de que van a presentarse oportunidades que nos pueden ayudar, y mucho.

Es muy fácil abandonar, pero debemos pensar que seremos más fuertes que antes si no desistimos hasta lograr lo que queremos.

Esto va dedicado a todas las personas que tienen problemas más grandes que ellos mismos y que sienten que no hay salida, y por ello piensan en soluciones estúpidas que toma la mayoría. No se conviertan en escoria, no es la idea sobrevivir como escoria sino vivir como un ser moral.

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