2 de junio de 2014

Una entrada personal que no tengo ni idea porqué publico, tal vez para que no quede como un block de notas en el escritorio olvidado para siempre.

Estoy realmente desanimada con mi carrera

Tiene relación con el hecho que el país esté terrible.
Cuando se perdieron dos meses de clase y se regresó a las actividades 'normales', mi profesor de diseño se deprimió (para resumir) entonces nos dejó libertad de cátedra. Podíamos elegir qué hacer para diseño.
Así que decidí hacer mi proyecto de servicio comunitario para que se nos evaluara en diseño.
Aunque me gustaba mi proyecto de diseño, eran sólo dibujos e ideas no concretadas y poco trabajadas, pero pensé que sería mejor unir esas dos cosas para que me quitara menos tiempo. De todas maneras, el país estaba (sigue) cayéndose a pedazos y pensé que no podría con el estrés.
Pensé esto debido a que habían atacado a varios de mis amigos. A que, con tantas injusticias en tan pocos días que me habían deprimido, asustado e indignado, no podría diseñar tranquilamente. Realmente no podía, ni siquiera podía escribir, o dibujar o fantasear con estupideces. Sentarme en el play a jugar me hacía sentir indiferente y un pedazo de mierda conformista y cobarde que esperaba que los demás marcharan, tragaran gas y apresaran, porque a mí me daba miedo hacerlo.
(Y me sigue dando miedo)

Pensé hacer actividades fuera de la universidad. Por eso, metí también una pasantía. Y sólo voy a dos clases en la facultad. En la mañana.

Como no estaba teniendo muchas obligaciones, porque hacía diligencias pero no tenía tareas, me puse a hacer un reto de escritura y de dibujo.

Me ayudó mucho, porque había olvidado lo tanto que me gustaba distraerme con eso, lo finoque es descansar de arquitectura, algo que de por sí me gusta, con algo que me gusta mucho más.

Ya terminaron ambos retos. Y ya llegó el material para comenzar a trabajar. Pero no quiero trabajar.

Tengo que hacerlo. Tengo un compromiso con mis compañeros de trabajo y no puedo simplemente dejar que hagan todo el trabajo, es amoral y cae realmente mal y ellos me caen bien y no quiero que vean esa faceta floja mía. Pero realmente no quiero. Quiero seguir dibujando personajes, quiero terminar de escribir mis cosas. Quiero seguir aprendiendo a pintar en acuarela y aprender a colorear con creyones.
Pero eso no da dinero. En este país no.
La arquitectura en este país termina transformándose en diseño de interiores, de muebles, en arte plástico, o incluso en carreras de taxi.

Y me gusta, siempre me ha gustado cómo una casa alberga las mismas cosas pero se agrupan de manera diferente, tienen distintos materiales, organizaciones, colores, estilos. Es algo hermoso cómo la imaginación humana no tiene límites y aunque algún pesimista diga 'todo ya está inventado' no es del todo cierto, porque aunque sea parecido, no es idéntico, tiene enfoques o maneras diferentes de analizarse y de contemplarse.

Pero ahora simplemente no quiero saber nada de arquitectura, trabajaré usando la lógica y no el cariño.

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